Después de contemplar varias opciones, decidimos que A Capella era una buena opción: yo no lo conocía y a él le gustaba bastante.
Llegamos. Para ser sábado, estaba particularmente vacío pero igual me encantó poder apreciar el diseño del lugar. Las sillas rojas le imprimen carácter al espacio.
Mauricio Marconi, nos hizo personalmente las recomendaciones de la casa, y la verdad es que todas fueron acertadas. Aquí les dejo el registro de lo que nos comimos.
Pulpo con papas
Pasta de tinta de calamares con langostinos
Corvina sellada con mantequilla acompañada con risotto negro y calamares
Cilindro de cacao relleno con mousse de chocolate y lluvia de almendras
La conclusión de la noche: 20 puntos en la #BoletaCulinaria.
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