Ayer domingo estaba con mi mamá por El Hatillo y como nos dio la hora del almuerzo, decidimos ir a comer en Hajillos, donde mi querida Felicia Santana, chef y dueña del lugar tenía entre sus propuestas un dorado con vegetales que sencillamente disfrutamos enormemente.
Éste es uno de esos sitios que siempre vale la pena ir. Primero porque el ambiente es relajado, limpio y sencillo que da la impresión de estar dentro de un barco. Aparte, reina la cordialidad en la atención que ofrecen sus mesoneros.
Lo mejor, es que la comida es ideal para sorprender a algún invitado del extranjero que quiera probar platos propios de nuestro sabroso país con una presentación más estética que la que encontramos en casa pero que no deja de ser fiel a los sabores que estamos acostumbrados en la mesa de nuestros hogares.
Para el postre preferimos buscar un sitio donde vendieran churros. Nos recomendaron Don Churro y la verdad es que salimos contentas. Una docena rociada con dulce de leche fueron el broche de oro de la tarde.
Solo tres detalles importantes que no me gustaron: 1) La señora que atiende es bastante cara de cañón, 2) solo aceptan efectivo y 3) me pareció que los precios son medio fraude:
1 docena = Bsf. 100 y 1/2 docena = 90.
Lo bueno es que estaban bien hechos y no nos produjeron ni acidez ni pesadez estomacal...
