viernes, 10 de diciembre de 2010

Experiencias gratas

¡Hola a todos!

Tengo la bendición de contar con una mamá que posee las manos más maravillosas que crean y transforman los alimentos que toca, produciendo un efecto en la gente que ya me da risa porque se vuelven adictos a su comida. Siempre he dicho que ella cocina con sentimiento, y eso se percibe en sus platillos. Irónicamente, siempre que me hablaban de cocinar, me daba una especie de "alergia" y me alejaba de la cocina, todo me parecía aburrido... prefería comer.

Como la vida da muchas vueltas, me tocó vivir en Barcelona - España para hacer un master. Mientras estuve allá, desde el primer momento, tuve muy claro que comer mal no era una opción en mi vida y ese era el momento perfecto para empezar a cocinar, en mi propia cocina, con los alimentos de mi selección y las recetas que yo quisiera. Sin darme cuenta, empecé a aplicar conocimientos que había aprendido por observación, en casa, mientras veía a mi mamá cocinar. Afortunadamente, cada bocado que me lleve a la boca lo disfruté enormemente, mis amig@s a los que les cociné les gustó lo que probaron y ninguno se intoxicó y si a eso le sumamos que todos los ingredientes eran de alta calidad, no había manera de que algo saliera mal.

Mi interés por la cocina, no sólo se debe a que tuve que empezar a cocinar en serio, sino también porque Barcelona, una de las ciudades capitales de diseño por excelencia, presenta los platos de cada restaurante con una presentación particular que los caracteriza. Estos platos llamaron mi atención y decidí empezar a tomarle fotos a cuanto plato me estuviera comiendo. Por eso ahora he empezado a ver el mundo con otros ojos.

Cuando me preguntan cuál es el mejor sitio para comer, siempre aclaro que entre gustos y sabores no podemos dar un veredicto final ya que el paladar de cada persona es diferente. Pero en los sitios que nombro, hay un sabor, una experiencia o un servicio que me dejan buen sabor en la boca dejando mi corazón contento y con ganas de recomendarlos.

Invito a todos aquellos que disfrutan comer, en casa, en la calle, a todos los que disfrutan de los sabores nuevos y los de siempre, a que se atrevan a conocer sitios, a que coman en casa de sus amigos, y decidan por si mismos y no por la opinión de otros si un lugar es bueno o malo.

Recuerden que cada plato tiene una historia. Y si no la tiene, esa historia se va a generar en el momento en que ustedes la consuman acompañados o solos, disfrutando de cada una de las sensaciones que les generen.

Puedo decir que en este 2010 he tenido la grata oportunidad de probar platos que me emocionan y platos que me aburren. Y digo "grata" porque en cada situación he podido sentir qué reacción me produce cada plato y la persona que está detrás de él y se tomó su tiempo para confeccionarlo.

También, como buena observadora, he podido apreciar el esfuerzo que muchos están haciendo en sus restaurantes para que el servicio sea óptimo y la clientela no sólo disfrute de una buena comida sino de una excelente atención. Venezuela, a pesar de estar pasando por momentos difíciles todavía cuenta con valiosos venezolanos que todavía creen en su país y que aquí se pueden hacer cosas buenas. Eso se siente desde que uno entra y eso, mis queridos lectores y seguidores de mis fotos, nos dice que no todo está perdido y que la comida, esa que nos llena de vida, nos mantiene despiertos y nos llena de experiencias, es una de las esperanzas que tenemos para seguir aportando cosas positivas por el país.

Felicito a todos aquellos que están en el mundo de la gastronomía: los que cocinan, los que diseñan estos espacios, los que ofrecen servicios, los que aportan los ingredientes, los que atienden a los clientes y los que van a comer en todos lados porque mientras más calidad exista, más oportunidad tenemos de generar buenas rutas gastronómicas y podemos activar el turismo gastronómico que durante años caracterizó a Venezuela.