lunes, 1 de abril de 2013

Escapando de Caracas



Usualmente suelo quedarme en Caracas los días feriados. Sobre todo Carnaval y Semana Santa son fechas en las que disfruto plenamente la calma de la ciudad.

Este año, mi mamá y yo, decidimos dar una vuelta por Petaquire y la Colonia Tovar. Así que madrugamos y a las 7:30 am salimos el jueves para allá. Nos fuimos por la nueva autopista que está muy bien hecha y hacen  que la experiencia del viaje sea bastante agradable y cómoda.


Cuando vayan para esos lados, la primera e impelable parada es en el local "El rey de lo golfeados": un lugar donde cada bocado sabe a gloria y el queso de mano colabora con el equilibrio perfecto para no empalagar. Cada vez que como golfeados, me acuerdo de mi hermana que adora este condumio. Nos llamó la atención el hecho de que el local estuviera ubicado en un toldo frente a "Salchilandia". Los empleados nos contaron que el cuatro de enero de este año se quemó el local y aunque ese importante evento acabó con el establecimiento, no fue motivo para que pararan la venta de los golfeados y ahora despachan en este espacio improvisado mientras recuperan el otro lugar.

Con la misma amabilidad de siempre y la responsabilidad de ofrecer un buen producto, pudimos desayunar, unos esponjosos y melosos golfeados.











Luego llegamos a Petaquire. Para aquellas personas que disfrutan de su vida interior, que no los perturba el silencio y que agradecen la paz espiritual, este es un lugar ideal para visitar. Hermosos paisajes de montañas, la sensación de estar por encima de las nubes y sentir que las hadas y los duendes están detrás de las flores curioseando nuestros movimientos hacen de este lugar un espacio mágico.

Como eran las 10:30 am aprovechamos para irnos a La Colonia Tovar y así comprar frutas y embutidos.

      



Siguiente parada: Charcutería Tovar. Este local es ideal para comprar salchichas y embutidos de primera calidad. Mi mamá, no dejó pasar la oportunidad para llevarse unos cuantos productos. Entre otras cosas probamos un queso blanco de cabra deslactosado, bastante interesante y un dulce de leche de cabra en tubito que de verdad estaba estelar. De un color caramelo intenso, lo que más me gustó es que no se le sentían los grumos de azúcar que tienen otros productos de este mismo estilo. El precio fue sorprendente: 3 tubitos por 22 Bsf. aprovechamos y compramos seis. Para terminar nuestro paseo, nos tomamos un chocolate caliente divino y un pastelito de manzana.

Para quienes quieran comer un sándwich con embutidos de la empresa, tienen la opción de pedirlo. Solo creo que podrían aumentar la cantidad de relleno ya que son ellos mismos quienes lo producen y generen un mayor atractivo a su oferta. Pero bueno, al parecer en este país, los establecimientos prefieren cobrar caro y poner menos cantidades... Vale acotar que las muchachas que atienden en el local, son muy amables y bonitas vestidas con trajes típicos alemanes.

Nos volvimos a montar en el carro y entramos en la peregrinación automotriz. Íbamos "pasito tun tun" pero como no teníamos apuro, veíamos la gran cantidad de turistas que caminaban y entraban en todos los kiosquitos y tiendas del lugar.


Cuando volvimos a ver la hora, ya era el mediodía y decidimos que era el momento perfecto para buscar dónde almorzar. Mi hermano, había ido hacía un mes y nos recomendó fuéramos al hotel Bergland. Dicho y hecho nos dirigimos para allá. Afortunadamente y porque eramos dos personas, conseguimos puesto en el estacionamiento y enseguida nos dieron mesa.

Con la típica arquitectura alemana, trajes alemanes y vista... bastante alemana nos dispusimos a estudiar el menú. Después de unos dedicados minutos el veredicto fue: una rodilla de cochino para mi  mamá, una chuleta y tres salchichas para mi, todo acompañado de ensalada de repollo encurtido y papas al vapor. A la hora del postre, los de la mesa de al lado nos recomendaron que pidieramos la creme brulee con coulis de fresa y sorbete de moras. La verdad, sonaba tentador pero a veces las cartas que son extensas y suenan apetitosas pueden llegar a ser decepcionantes. Mi mamá se fue por la recomendación, yo por lo seguro y pedí unas fresas Romanoff: fresas + crema + helado de vainilla.



Me quito el sombrero. Tenía muuuuucho tiempo sin salir feliz de una comida donde oferta, calidad y servicio calificaran con lo que yo llamo 20 puntos en la #boletaculinaria. Lo irónico fue que cuando hice check-in en la aplicación Foursquare, el tip que me daban era que el servicio era malo. Puedo decir con todo gusto que no fue nuestro caso. Los platos principales además de estar divinos, con una cocción impecable, venían en porciones bastante generosas. La carta de postres está para hacer una reverencia y para la próxima vez ya sé que me puedo atrever a pedir otras cosas. El servicio fue impecable y muy amable.

Cuando nos fuimos, la lista de espera para comer era larguísima y más de una señora la oímos decir "tranquila, no tengo problema en esperar hora y media. Prefiero venir a lo seguro que llevar un mal rato en un sitio que ofrezca mal servicio o porciones defectuosas".



Logramos dejar atrás el preciado y al parecer de moda restaurante para intentar dar una vuelta más por el pueblo pero fue imposible. La Colonia es prácticamente una calle para arriba y otra para abajo. Casi no hay puestos para estacionar y reconozco que de un tiempo para acá, el exceso de gente me perturba. Así que decidimos regresarnos a Petaquire a la tranquilidad del hogar.



Dónde nos quedamos a dormir hay un huerto con lechugas, pepinos, brócoli y remolachas entre otras cosas y, Basilio, amigo de la casa y quien trabaja ahí, nos dio de todo un poco para llevarnos a Caracas. Así que mientras estuvimos contemplando el paso de las nubes, disfrutamos de unos fabulosos pepinos y unas maravillosas frutas que nos acompañaron en el desayuno del viernes.

Para el regreso y para tener un feliz viaje, aprovechamos de comprar ciruelas, duraznos, fresas y hasta un chicharrón por El Junquito y por El Jarillo

Para aquellos que quieran escapar un rato de la capital, anímense y váyanse bien temprano.









Para tener más información sobre lo que se produce en esta zona del país, les recomiendo la Ruta del Sabor, de la edición de FEBRERO 2013 en la revista Bienmesabe donde mi amigo y colega Ruben Rojas @Elfogon hace todo un recorrido por la zona revelando datos interesantes y sabrosos.

La puedes conseguir en kioscos por todo el país o a través de www.kiosco.com